Edificio para albergar la Comunidad de las Hermanas de la Obra Misionera de Jesús y María, jardín infantil, casa cuna y escuela nocturna

Este edificio, de planta alargada, se construye sobre un terreno con fuerte desnivel en el sentido del eje longitudinal. De esta forma, en un extremo tiene cuatro plantas y en el opuesto tres, de las que una es semisótano. Debido a su longitud, se divide en tres cuerpos en los que se reparte el extenso programa. La forma alargada del edificio permite que todas sus estancias sean exteriores, lo que favorece la ventilación. Se tiene muy presente el aspecto exterior y el jardín que rodea el edificio, ya que será el espacio de relación de los niños.

Volumétricamente domina la forma horizontal, a la que se contrapone el volumen de la capilla, cuyo ábside es un cuerpo de medio cilindro. La articulación de la fachada tiene como base la seriación de pórticos estructurales vistos, con pilares pantalla y cierres de vidrio entre ellos.

Los espacios que albergan las aulas de la planta principal están separados por mamparas e iluminados por grandes ventanales que van desde el pavimento al cielo raso, de modo que la presencia del jardín es constante desde el interior de las aulas, la iluminación se refuerza mediante claraboyas cenitales.

En el interior destaca la falta de decoración, exagerada en la zona del convento. En la capilla, que se ilumina por vidrieras de colores dispuestas tanto en fachada como en la cubierta, los techos con directriz catenaria están revestidos de madera.
Jesús Martín Ruiz