Fábrica de caramelos Fiesta

El proyecto definitivo de este complejo fue fruto de un anteproyecto anterior aprobado en 1964 y que no se llevó a cabo, pues el que se construyó fue sustancialmente diferente. Se sitúa en un terreno propicio para disponer de abastecimiento tanto de aguas como de electricidad.
El programa de necesidades se basa en el estudio de diferentes zonas de la fábrica. Un cuerpo para oficinas con despachos y aseos. Dos cuerpos contiguos, pero a distinta altura, de planta rectangular: el primero con el vestíbulo, los comedores y los vestuarios de empleados, así como la zona destinada a embalaje y fabricación; y el segundo donde se sitúan el cuerpo de almacén con los laboratorios, los talleres, etc. Por último, fuera del recinto interior de la fábrica se ubica el cuarto de calderas.
El conjunto es una edificación baja, realizada con ladrillo, hormigón y vidrio. La estructura es mixta y se deja vista: jácenas de hormigón y pilares de hierro. Los zócalos y las vigas de las zonas de atados son de hormigón. Los muros de cerramiento son de ladrillo visto sobre un plinto corrido de hormigón en masa. La cubierta se proyecta con un forjado de “visoterm”. El interior está forrado con alicatados. La disposición de la planta está justificada, según los autores, por el programa de su funcionamiento interno y por la necesidad de una fachada atractiva que proporcione una imagen interesante de la sociedad.
Si bien en la construcción final se conserva la traza original, por motivos económicos se rechazó la primera solución que se había planteado, que era de gran plasticidad. En ella, los arquitectos sustituían los habituales sistemas ligeros de cubiertas en diente de sierra por una estructura de muros de fábrica, rematada con zunchos de hormigón visto. Los espacios se cubrían mediante vigas de hormigón armado voladas, sobre las que se disponían bóvedas de rasilla. La evacuación de las aguas pluviales se producía aprovechando la propia forma de las vigas, y se les daba salida a través de gárgolas en la prolongación de aquellas.
El proyecto que finalmente se construyó sustituyó las bóvedas por cubiertas planas, lo que potenció el marcado acento horizontal de las fachadas. Destaca el tratamiento de las zonas semiabiertas que aprovechan los voladizos de cubierta y la prolongación de los muros de fachada para crear zonas ajardinadas.
En 1971 la fábrica sufrió una ampliación con una zona de almacenes situada detrás de la ya existente, en la zona norte de la parcela.
Paloma Barreiro