Casa de Serralves

Marques da Silva pasará de la rehabilitación inicialmente prevista (1925) a un proyecto de construcción que partía casi desde cero (1931), y en el que únicamente se mantenía la capilla, revestida por una nueva piel. Este último proyecto, al que obedece la Casa de Serralves tal y como fue construida, es un híbrido. Un híbrido que justifica su adjetivación como decó en la medida en que es más fácil de clasificar desde el punto de vista estilístico, que desde el de la volumetría. Del mismo modo que el jardín de Gréber es un pequeño Versalles construido con sólidas formas geométricas vegetales, la casa es el resultado de una manipulación que confiere una asimetría global a sectores perfectamente axiales. Su modernidad reside más en la depuración genérica de la formas o en la introducción de factores como la transparencia y la agilidad estructural del hormigón, que en la espacialidad y en la regla compositiva.
Sérgio Fernandez